En una sorpresiva victoria, Donald Trump ha derrotado de manera contundente a Nikki Haley en las primarias republicanas de Carolina del Sur, estado natal de la exgobernadora. Aunque Nikki Haley ha anunciado su determinación de no abandonar la contienda presidencial, la magnitud de su derrota en su propio territorio podría tener consecuencias significativas para sus futuras aspiraciones.
La jornada de primarias republicanas en Carolina del Sur ha dejado claro que Donald Trump mantiene un fuerte respaldo en el partido, logrando una victoria destacada sobre Nikki Haley, quien gobernó el estado entre 2011 y 2017. A pesar de este revés, la campaña de Haley sorprendentemente no muestra los típicos signos de desánimo en su comando de campaña.
Desde el lugar, en Charleston, los simpatizantes de Nikki Haley se muestran activos y optimistas, incluso ante la contundencia de la derrota. En lugar de la tradicional atmósfera sombría, se observa a los seguidores cantando y bailando a la espera de las declaraciones de su candidata.
“No creo que esto haya terminado”, expresó Nell Parker, partidaria de Haley, en una entrevista con CNN. Otro partidario agregó: “Estamos a favor de cualquiera que esté en contra de Trump”. La comunidad presente en el comando de campaña no anticipa un retiro de Haley de la contienda, mostrando una firmeza en su apoyo a pesar del resultado.
Posibles futuros:
En otro desarrollo intrigante, la encuesta informal realizada en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) sugiere que la gobernadora Kristi Noem de Dakota del Sur y el empresario Vivek Ramaswamy podrían ser considerados como compañeros de fórmula de Donald Trump en futuras elecciones. Ambos empataron con el 15 por ciento de los votos en la encuesta, eclipsando incluso la pregunta sobre el candidato presidencial.
Esta inusual atención a la elección del vicepresidente refleja el fuerte liderazgo de Trump en el partido, consolidado por una victoria abrumadora en la encuesta presidencial del CPAC.